REFLEXIONES SOBRE LA INMIGRACION, EL RACISMO, LA XENOFOBIA, LA ISLAMOFOBIA, Y EL CRECIMIENTO DE LA ULTRADERECHA EN EUROPA


Hace unos días, leí una noticia referente a Francia y Marine Le Pen, la hija del conocido político Jean Marie (padre e hija en la foto), que ha sido condenado en repetidas ocasiones por delitos racistas y xenófobos, entre otros, apología del genocidio y negacionismo (negar hechos históricos, constitutivos de delito, de la segunda guerra  mundial, cometidos por los nazis). Marine Le Pen ha conseguido pasar a la segunda vuelta en las elecciones cantorales parciales (una especie de regionales en España), siendo los vencedores de la primera vuelta, y lo ha hecho suavizando su discurso ultraderechista y ultraconservador, y absorbiendo gran cantidad de votos del partido de Sarkozy. De esta forma, en segunda vuelta, se han enfrentado a los socialistas.


En Suecia, Suiza, Holanda, Austria, Hungria, Bélgica, Dinamarca, Eslovaquia, Letonia y Bulgaria tienen un importante papel este tipo de partidos, e incluso en alguno de estos países gobiernan o han gobernado.
Algunas personas se preguntan como un partido de estas características está triunfando en el país de la igualdad, libertad  y fraternidad, y en el país que sufrió en primera persona el  nazismo, muy cercano a las ideas del partido de Le Pen.

Creo que es un buen momento para reflexionar sobre el tema, y aclarar algunos conceptos que se confunden y que llevan a error, y también conducen a prejuicios y demagogia para conseguir solo una cosa: poder.

1. CONCEPTOS IMPORTANTES QUE SE UTILIZAR ALREDEDOR DE LA INMIGRACION.

Racismo: Forma de discriminación de las personas recurriendo a motivos raciales, tono de piel u otras características físicas de las personas, de tal modo que unas se consideran superiores a otras. El racismo tiene como fin intencional o como resultado, la disminución o anulación de los derechos humanos de las personas discriminadas: denotará toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública.

Xenofobia: odio y rechazo al extranjero, con manifestaciones que van desde el rechazo más o menos manifiesto, el desprecio y las amenazas, hasta las agresiones y asesinatos. Una de las formas más comunes de xenofobia es la que se ejerce en función de la raza, esto es, el racismo.

Discriminación racial: la discriminación racial es un acto que, aunque suele estar fundado en una ideología racista, no siempre lo está. En este sentido hay que tener en cuenta que la discriminación racial positiva (cuando se establecen discriminaciones con el fin de garantizar la igualdad de las personas afectadas), constituye una forma de discriminación destinada a combatir el racismo.

Asimilación: condición a la que se llega cuando el grupo inmigrante se incorpora de una forma tan completa a la sociedad donde vive, que su identidad se pierde. 

Integración: proceso sociocultural interactivo fundado sobre la interdependencia, la confrontación, el intercambio, la igualdad. Es pues, el proceso gradual mediante el cual los nuevos residentes se hacen participantes activos de la vida económica, social, cívica, cultural del país de inmigración. En la integración, cada uno conserva su identidad y su originalidad.

Exclusión social: conjunto de procesos estructurales, pautas ideológicas y culturales, tendencias sociales y mecanismos que producen el empobrecimiento personal o colectivo, y no permiten el desarrollo integrado dentro de una sociedad. 

Multiculturalismo: expresión del pluralismo cultural, que promueve la no discriminación por razones de raza o cultura, la celebración y reconocimiento de la diferencia cultural así como el derecho a ella.

Segregacionismo: política que separa, excluye y aparta a grupos tales, como las minorías raciales, las mujeres, los homosexuales, las minorías religiosas, personas con incapacidades, entre otros, del resto de la población humana, en base principalmente a planteamientos de tipo racial, sexual, religioso o ideológico.

Islamofobia: término referido a los sentimientos de hostilidad hacia el islam y, por extensión, hacia los musulmanes, y que se ha incrementado, sobre todo, a partir de los atentados del 11-S, 11-M, y todos aquellos que reivindican grupos de fundamentalismo islámico.

Fundamentalismo o integrismo islámico: expresión utilizada en occidente para escribir a diferentes corrientes políticas o políticorreligiosas ligadas al islam, cuya rama más violenta se denomina yihadismo y que local o particularmente se expresa en movimientos como el talibán, en interpretaciones rigoristas como el salafismo, e incluso en regímenes políticos como la República islámica (Irán o Sudán) o (de un modo menos obvio dada su estrecha alianza con los Estados Unidos) la monarquía saudí y las del Golfo Pérsico.

Ku Klux Klan (KKK): nombre que adoptaron varias organizaciones en los Estados Unidos de extrema derecha creadas en el siglo XIX, inmediatamente después de la Guerra de Secesión, que promovían principalmente la xenofobia, así como la supremacía de la raza blanca, homofobia, el antisemitismo, racismo, anticomunismo, y el anticatolicismo. Con frecuencia, estas organizaciones recurrieron al terrorismo, la violencia y actos intimidatorios como la quema de cruces, para oprimir a sus víctimas.

Prejuicio: proceso de formación de un concepto o juicio sobre alguna cosa de forma anticipada, es decir, antes de tiempo; implica la elaboración de un juicio u opinión acerca de una persona o situación antes de determinar la preponderancia de la evidencia, o la elaboración de un juicio sin antes tener ninguna experiencia directa o real. Consiste en criticar de forma positiva o negativa una situación o una persona sin tener suficientes elementos previos. Es una actitud que puede observarse en todos los ámbitos y actividades de la sociedad, en cualquier grupo social y en cualquier grupo de edad, e implica una forma de pensar íntimamente relacionada con comportamientos o actitudes de discriminación.

Solidaridad: sentimiento de unidad basado en metas o intereses comunes. Asimismo, se refiere a los lazos sociales que unen a los miembros de una sociedad entre sí.

Caridad: de acuerdo con el catecismo de la Iglesia católica (1822), "es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios". Según Eduardo Galiano, “la caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo”.

Moro: término de uso popular y coloquial, y connotaciones peyorativas, para designar, sin distinción clara entre religión, etnia o cultura, a los naturales del Noroeste de África o Magreb (expresión árabe que comprende todo el oeste de África al norte del Sahara: la actual Mauritania, Marruecos, Argelia, Túnez e incluso Libia), y también de forma genérica a cualquier musulmán, independientemente de su origen.

2. INTRODUCCION.


Los grupos de ultraderecha suelen resurgir en épocas de crisis económicas, cuando la población está más sensible por su situación. El estado de bienestar, en época de bonanza, no suele ser muy criticado, pero cuando la curva del ciclo económico baja y baja, ya no es tan maravilloso, y se piden explicaciones de porqué se ha llegado a esta situación, de porqué no llega la mejora, de porqué cada vez estamos peor.

Algunas personas saben que la culpa es del funcionamiento de los mercados, del sistema financiero, del manejo de intereses económicos por encima del interés de la población, del no arreglar los desajustes cuando se ven venir y seguir tensando la cuerda hasta que se rompe, y de permitir que en los países del tercer mundo sus gobernantes reúna la riqueza de todo el país en cuatro personas y el resto este muriendo de hambre sin remedio.
Otras no tienen explicación para lo que les ocurre, y buscan algo más cerca, en su vecino, en aquel que vio trabajando ayer y donde cree que podía estar él ahora, en los que ve en la televisión día tras día… Estas otras personas son las destinatarias de los mensajes xenófobos, racistas, islamófobos, segregacionistas, de los grupos de extrema derecha, que, no nos engañemos, solo pretenden una cosa: poder; poder para imponer sus criterios a toda la población, e incluso, para cometer atrocidades en nombre de la superioridad racial o étnica; poder para que progresen unos pocos y se hunda la gran mayoría. Porque la gran mayoría de estados totalitarios tienen el dinero repartido, al igual que el poder, entre muy pocas personas, y no suelen preocuparse por los que están más abajo.

Ahora, se están dando los factores idóneos para que estos grupos resurjan, porque hasta esta crisis que estamos viviendo, las anteriores fueron bastante fugaces, y además, está durando ya demasiado. Aunque, aun siendo de forma diferente, toda su población nota las carencias que supone.

3. ANTECEDENTES RECIENTES.

Desde siempre ha existido el racismo, unas veces más institucionalizado que otras. Los gobiernos democráticos contemporáneos llevan décadas intentando educar a su ciudadanía, inculcando valores como la igualdad, la tolerancia, la no discriminación, la solidaridad,… Hasta se ha conseguido que un negro gane  las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, un país que hasta finales de los sesenta mantenía la segregación racial de los negros.

Pero siguen existiendo personas que creen aun en las discriminaciones basadas en la raza o en la etnia, y algunas de ellas creen tener base científica para ello, sacando de contexto ciertas conclusiones que han de verse realmente en conjunto. No obstante, no es de extrañar que esto ocurra, teniendo en cuenta que hasta hace dos décadas no desapareció la última forma de racismo más extendida y tolerada por parte de la comunidad internacional.

En el siglo XIX, aunque ya se especulaba con el tema desde la edad media, a partir del diluvio universal y los hijos de Noé, se hijo una interpretación racista sobre la Biblia. Existirían tres razas humanas, a partir de los tres hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet. De Sem descenderían los judíos y árabes; de Cam los negros; y de Jafet, los blancos. El hijo de Cam, Canaán, al que Noé condenó diciendo “siervo de siervos será a sus hermanos” (en el dibujo, representación de la maldición), y de aquí, se extraería una maldición divina a la raza negra, estando ésta condenada a servir a los blancos.

A finales de este siglo, con el imperialismo europeo sobre el resto del mundo, se desarrolló un racismo biológico seudocientífico, apoyado por pensadores de la época. Esta teoría consideraba que algunas etnias europeas (germanos, anglosajones o celtas), eran superiores al resto de seres humanos, así como que, por ello, estos necesitaban ser gobernados por aquellos. Este pensamiento se extendió a Estados Unidos, para imponer el dominio anglosajón, a Japón para colonizar Corea y China entre otros, a Australia para reducir el “factor negro”. También utilizaron las obras de Charles Darwin, con una aplicación simplista de ellas, para favorecer su postura.

En esta misma época, se crearon los llamados “zoológicos humanos”, exhibiéndose a personas esclavizadas de Africa por Europa y Norteamérica. Tuvieron un gran éxito, a pesar de que, debido a las condiciones en las que los mantenían, no se preocuparon demasiado cuando parte de esas personas a las que exhibían murieron.
Por su parte, hasta 1868, en España, no se derogaron las leyes segregacionistas contra los derechos civiles de los afrocubanos, y hasta 1886 no se abolió totalmente la esclavitud.

Ya en el siglo XX, encontramos otras tres manifestaciones destacables del racismo, además de las recientes guerras de Kosovo y Somalia.

La principal es la que se llevó al extremo con el genocidio judío por los nazis. El nacionalsocialismo surgió como una ideología sobre la superioridad de la raza blanca, considerándose la más pura, la raza aria alemana. Descargó principalmente contra las personas de origen judío y, en segundo lugar, contra el pueblo gitano. Hitler, el líder de este pensamiento, llegó al gobierno en 1933, como canciller, y posteriormente, instauró la dictadura y provocó la segunda guerra mundial, con el exterminio de seis millones de judíos, entre otras masacres, experimentos con humanos (ejemplo de ellos en la foto), y grandes torturas.

En Sudáfrica, el aparheid, se implantó por los colonizadores como forma de segregación racial, desde la década de los 40. Se pretendía consolidar el poder de la minoría blanca e impedir el mestizaje de la población. Se prohibieron los matrimonios multirraciales, y la práctica de sexo entre personas blancas y de otras razas. Hubieron movimientos de protesta (vemos un ejemplo en la foto), donde uno de los líderes negros era Nelson Mandela, que permaneció preso durante 27 años, hasta 1990. Se toleró el aparheid hasta la década de los 70, por su posición abiertamente anticomunista. A partir de entonces, empezó a rechazarse por casi todo el mundo, y tras la caída de las dictaduras latinoamericanas en la década de los 80, y junto a la expansión de la globalización, Sudáfrica se quedó aislada en el plano internacional, afectando esto seriamente a su economía. En los 90 comenzó el aperturismo y el cambio de política a nivel de racismo propiamente y con  la permisión de partidos políticos proscritos, finalizando el aparheid oficialmente en 1994, con las primeras elecciones con sufragio universal y que ganó el partido de Nelson Mandela.

El último caso a destacar es la segregación racial en Estados Unidos. La población negra entró en este territorio a través de la esclavitud en el siglo XVII. Fueron liberados por Abraham Lincoln, y los estados del sur, esclavistas desde siempre, comenzaron a promulgar leyes después de la guerra civil para discriminar a esta raza de todas las formas posibles. Incluso se creó el Ku Klux Klan (una de sus actuaciones en la foto), que llegó a cometer graves crímenes violentos y muchos de ellos no fueron condenados. 

A comienzos del siglo XX, se podía ver este tipo de discriminación también en los estados del norte, sobre todo en lugares como Nueva Cork, Boston, Detroit y Chicago. La segregación surgió como alternativa al no poder quitar derechos a los negros que estaban reconocidos en la Constitución. Bajo el slogan “separados pero iguales”, se pretendía que existieran iguales oportunidades pero separadas; sin embargo, en la práctica, las oportunidades educativas, el empleo, la vivienda,  y las oportunidades económicas no eran iguales. Un ejemplo destacable es el de la cantante negra Bessie Smith, que tras sufrir  un accidente, su ambulancia recorrió todos los hospitales del Mississipi en busca de una transfusión de sangre, pero en ninguno le dejaron entrar porque eran blancos, de modo que acabó desangrándose y muriendo. Por fin, en la década de los 60, gracias al movimiento por los derechos civiles, liderado por Martin Luther King (en la foto, en su famoso discurso de “I have a dream”), asesinado por defender sus ideales y luchar por la igualdad de razas, se consiguió acabar con este segregacionismo.

4. ACTUALIDAD.

Viendo estos antecedentes, podemos comprobar que el racismo siempre ha sido utilizado, como su propia definición indica, como método de discriminación, para conseguir que una raza sea superior a otra en derechos y libertades, y por tanto, poder sobre los demás.

Pero las diferencias se basan única y exclusivamente en eso, en el color de la piel o la pertenencia a una etnia. Y la demostración de que existan razas o etnias superiores o inferiores nunca se han demostrado científicamente (he mencionado el intento de demostrarlo, pero se ha hecho tergiversando teoría científicas y adaptándolas a lo que se quiere demostrar, no siguiendo su tenor literal). Esa existencia de razas se debe a las diferentes adaptaciones naturales que han tenido los grupos humanos para sobrevivir en los lugares donde han vivido durante miles de años. Unas tienen unas cualidades, otras tienen otras, pero eso no implica que sean superiores o inferiores, simplemente son diferentes, porque sus condiciones de vida lo eran.

Igualmente sucede con las etnias, su cultura o religión no es mejor ni peor que la de otras etnias, todas tienen partes positivas, y partes negativas, según con el cristal con que se miren, pero fueron creadas por un grupo de personas a lo largo del tiempo, constituyen las costumbres sociales a modo de contrato social de Rousseau, y deben ser respetadas como tales, siempre que cumplan con los derechos humanos. A este respecto, La Carta Internacional de Derechos Humanos incluye la Declaración Universal de los Derechos Humanos, realizada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948. Sus artículos 1 y 2 recogen la base de todos los derechos humanos: libertad, igualdad, fraternidad y no discriminación. Sus artículos 4, 5 y 11.1 prohíben cualquier forma de esclavitud y tortura. Esta Carta, así como la Declaración y Protocolos que contiene, ha sido incluida en numerosas constituciones estatales como de carácter interpretativo, incluida la española.

Volviendo al tema de los grupos ultraderechistas, éstos inciden en esa supuesta inferioridad, más bien diferencia, para descalificar a la raza o la etnia (a la que simplemente odian o rechazan irracionalmente), y hacer que la población mayoritaria de un país rechace a esa minoría, cree falsos prejuicios, piensen que son la causa de sus males, que deben irse de su país, o “adaptarse” a sus leyes, como todos los ciudadanos que viven en él.
Por su parte, la crisis económica y el sistema capitalista actualmente instaurado fomentan el cambio que supone ver a los grupos de ultraderecha como solución.

Los países desarrollados permiten que exista el tercer mundo, pues la gran mayoría son excolonias a las que se explotaron sus recursos por los países desarrollados y luego las dejaron a su libre albedrío, eso sí, haciendo fronteras con regla y cartabón, sin tener en cuenta la población que ahí vivía. Han permitido la burbuja inmobiliaria a sabiendas de que tarde o temprano explotaría. Permiten que los bancos sigan enriqueciéndose a costa del pueblo, con la utilización de cláusulas abusivas, que no se deciden a quitar, y eso que los tribunales ya están dando la razón a los particulares. También permiten estados totalitarios que no respetan los derechos humanos (esos que ellos mismos proclaman con orgullo, que respetan y se deben respetar). En definitiva, contribuye ver como tus gobernantes son unos hipócritas y tú como ciudadano de a pie sigues sufriendo las consecuencias de algo que ellos, y no tú, han creado.

Y por supuesto, partidos como el de Le Pen, no se olvidan de recordarnos todo esto, y añadir que ellos no van a permitirlo, porque ellos defienden los intereses de su pueblo. Aunque se les olvida siempre la segunda parte de la frase: por un precio que ya hemos visto a lo largo de la historia.

Quisiera hacer un ejemplo gráfico que lo que pasa con la gente de a pie cuando ignora gran parte de la verdad, o se la ocultan. El hombre de a pie, una persona medianamente castigada por la crisis, cuando ve que su vida no va como esperaba, se fija en lo más próximo, en quien tiene al lado:

            - Caso 1º.- Probablemente, asumirá que el negro que trabaja en la obra lo hace por menos que él lo hacía cuando trabajaba, y por eso sigue en su puesto, o simplemente que ni siquiera tiene papeles y es un “ilegal”.
            - Caso 2º.- También asumirá que el pakistaní que tiene su negocio, no paga sus permisos ni impuestos correspondientes con el consentimiento posiblemente del gobierno, y además le han dado una subvención para que lo monte, y claro, eso no se hace con los españoles. Y además, seguro que es talibán, de esos que se explotan a sí mismos para matar a los cristianos, o a cualquiera que no piense como ellos.
            - Caso 3º.- Cuando vea en la televisión que han detenido a una mafia rumana que se dedicaba a robar en casas, agrediendo a sus habitantes, asumirá que todos los rumanos son unos delincuentes y asesinos.
            - Caso 4º.- Y cuando en la televisión vea que ha muerto una mujer a manos de su pareja o expareja, y digan que ésta era marroquí, asumirá que todos los “moros” son unos machistas y maltratadotes, y en el concepto de moro incluirá a todo aquel que sea musulmán o se parezca a uno.
Con este perfil creado en la mente de una persona medianamente castigada por la crisis, llena de prejuicios y desesperación, alimentados por alguien que quiere gobernar un país para imponer sus criterios totalitarios, racistas, xenófobos, islamófobos, no resulta difícil conseguir para ese alguien adeptos en las urnas.

Creo que una labor importante que debería hacer el gobierno en cuestión, que se empeña en que respetemos y creamos en los derechos humanos (y estoy de acuerdo con ello, que conste), es enseñarnos la verdadera vida de esas personas para que no creemos estereotipos según razas y etnias. Evidentemente, habrá musulmanes machistas, negros aprovechados, rumanos delincuentes, pakistaníes defraudadores,… pero ¿es qué no los hay españoles? ¿o franceses? ¿o suecos? ¿o austriacos? ¿o holandeses? ¿o suizos? (menciono estos países porque, a diferencia de España, en ellos ha crecido el interés por partidos ultraconservadores, e incluso en algunos han o están gobernando).

Si alguien le enseñara a una persona medianamente castigada por la crisis, esa que es carnaza para esta clase de grupos, lo siguiente:

            - Caso 1º.- Que el negro que trabaja en la obra ha conseguido llegar a donde está con un sueldo medio en su país de 60 euros mensuales. Que el viaje en cayuco con el que llegó a Canarias le costó 1500 euros, ahorrados todos y cada uno de ellos por sus familiares cercanos, a lo largo de toda una vida. Que malvivió tres años en España, relacionándose con todo tipo de personas, españolas y extranjeras, hasta que consiguió meter los papeles, con un contrato comprado a un empresario español, y por el que tuvo que pagar además de su precio, el equivalente a 6 meses de cotización, para asegurar la renovación de la tarjeta, porque el jefe no estaba dispuesto a pagar esa cotización para un negro inmigrante. Que debe mantener un trabajo para que se los renueven, porque solo tiene papeles si es mano de obra, independientemente de ser persona y sufrir crisis como los demás. Que al principio, como no había crisis, podía mandar la mitad de su sueldo a esa familia que se sacrificó y gracias a la cual está en España, para que vivan un poco mejor, pero ahora con la crisis, envía el 60% de su sueldo a su familia, para que crean que todo sigue igual de bien que antes, aunque en la empresa donde trabaja ahora le han dicho que o trabaja más horas por menos dinero o le despiden.
Tal vez, si supiera esto esa persona medianamente castigada por la crisis, le echaría la culpa de su desgracia, y también la de ese negro, a los gobiernos corruptos, los demasiado diplomáticos por culpa del petróleo, los demasiado permisivos con los bancos y sus políticas especulativas, los que no hacen eficaces las leyes laborales porque no controlan lo suficiente a los empresarios avariciosos, a los gobiernos que no hacen lo suficiente para que el dinero no esté solo en manos de unas pocas personas.

            - Caso 2º.- Que el pakistaní que tiene su negocio, tenía uno en Pakistán, pero se vino a España huyendo de lo que casi es un desierto y de una sociedad prácticamente tribal, de la corrupción, de los salarios ínfimos, de los radicales islámicos que llegaban del país vecino. Que pagó generosamente a un abogado para que le gestionara la apertura del negocio, después de cinco años trabajando para otros, como podía y en igual situación familiar y laboral que el negro del caso anterior, habiendo entrado en España con permiso inicial de trabajo y residencia, porque en aquella época aun funcionaba bien la política de inmigración, y habiendo respetado la legalidad española para todo. Que ha tenido que esperar esos cinco años para tener su negocio porque cambiar su tarjeta para ser autónomo antes de tener la residencia permanente (que se consigue a los cinco años de residencia con papeles) era casi imposible pues te piden tener un negocio prácticamente montado, y a la vez no puedes montarlo porque no tienes la tarjeta adecuada. Que su abogado le explicó que siendo inmigrante tiene la posibilidad de acceder a créditos preferentes y ayudas, al igual que las mujeres, los discapacitados, los menores de 30 años, los extoxicómanos, que los parados de larga duración mayores de 45 años y los exreclusos, que son los que el estado considera “personas en riesgo de exclusión social”. Que durante este tiempo en España, sobre todo al principio, intentó relacionarse con españoles, pero desistió porque por su apariencia y por su lugar de nacimiento, muchos creían que era un extremista islámico, aunque él se empeñaba en decirles que eso eran los de Afganistán, y al final, los que le acababan ayudando era sus compatriotas. Que ahora, con su negocio propio, tiene que trabajar de lunes a domingo, sin parar a mediodía, porque tiene que seguir pasando dinero para su familia, y pagar la dote de esa boda concertada desde que él era un niño, con la que no está de acuerdo (solo ha visto una vez a su futura mujer), pero que debe aceptar porque lo contrario supondría dejar en deshonra a su familia, algo muy grave en su país. Y que también tiene que ahorrar para conseguir una vivienda mejor (ahora tiene piso compartido), porque para mantener a su mujer en España, tiene que tener una vivienda unifamiliar, y el trabajo que realice tiene que ser prácticamente para siempre. Y que además tiene que devolver su crédito, que aunque tiene un interés bajo, cuesta pagar, y tiene que pagar sus impuestos, como cualquier persona que vive en España, y pagar el alquiler de su piso, y el del bajo donde tiene el negocio.
Tal vez esa persona medianamente castigada por la crisis, se daría cuenta de que ese pakistaní no es mejor ni peor que él, simplemente intenta sobrevivir y lidiar con cosas que no le gustan, pero debe asumir, porque simplemente son así.

            - Caso 3º.- Que junto a esa mafia rumana, se ha detenido a otro grupo de españoles que eran los dirigentes de la organización, y que esos españoles tenían otro negocio de tráfico y prostitución de mujeres. Algunas, como Simona, estudiaron una carrera en Rumanía, y les dijeron que le habían conseguido un trabajo de lo suyo en España; cuando llegó aquí le quitaron el pasaporte y le amenazaron con matar a su familia; por suerte conoció una ONG que llevaba casos como el suyo, y le presentaron a un rumano, Adrian, que tenía una empresa y que ayudaba a mujeres como Simona; colaboró con la policía, y consiguió salir de esa mala vida que le habían obligado a vivir. Otras como Mbeca, son traídas desde Nigeria, diciéndoles que vienen con papeles, pero en realidad están en situación irregular, porque la tarjeta que les enseñan es falsa, y también les retienen sus pasaportes, y les amenazan con matar a sus familias; por desgracia para Mbeca, Simona denunció después de que ella fuera vendida a otra mafia en Francia, y no sabe que si denuncia a los que están traficando con ella, conseguirá protección y una vida mejor, sin peligro para ella y su familia.
Seguramente, en este caso, esa persona medianamente castigada por la crisis, se daría cuenta de que malos hay en todas partes, y que muchas veces, los medios de comunicación se empeñan en destacar cierta parte de la información, y obviar otra parte de ella, no menos importante, y que no haría que personas como esta prejuzgara a los inmigrantes o extranjeros por su nacionalidad y los hechos cometidos por una minoría de sus compatriotas.

            - Caso 4º.- Que aunque ese marroquí que ha asesinado a su expareja fuera un machista, su vecino del quinto, también marroquí, y moro, porque es del Magreb, y de ahí son los moros, está casado con una española, con la que pasa los veranos en Marruecos visitando a su familia, con la que comparte también sus ideas de libertad e igualdad, y respeto mutuo, y por eso respeta que siga siendo católica, e incluso se permite beber algo de alcohol en alguna celebración, y come jamón con sus suegros, porque ellos no entienden que una religión te prohíba comer algo tan rico, y él tampoco. Y también tienen dos hijos, un niño y una niña, a los que cada uno les enseñan lo bueno de sus respectivas religiones, que al fin y al cabo comparten el mismo dios, pero que nunca llevan a Marruecos, porque allí hay gente que no comprendería la educación que les dan, y por eso sus abuelos paternos vienen a España a verlos cada navidad, y comparten celebraciones con sus consuegros, aunque cada uno a su forma.
Y que sin embargo, su vecino del séptimo, español, casado desde hace 40 años, con su mujer, española, ese tan amable, que siempre saluda al pasar, que no grita, que es el vecino ideal, ese, lleva 40 años diciéndole a su mujer lo insignificante que es, que no sirve más que para planchar y fregar, que es para lo que ha nacido, que su sitio es estar al lado de su marido, obedeciéndole siempre, sin excepción, y que de vez en cuando le levanta la mano para que no se le olvide. Que sus hijos, cuando pueden, le dicen a su madre que se vaya con ellos, que no tiene porque aguantar lo que aguanta, que hoy día las cosas no son como hace cuarenta años, que las mujeres tienen derechos al igual que los hombres, que ella sí es alguien. Porque saben que su padre es un rencoroso, y un misógino, que está amargado porque su progenitor, miembro del opus dei, supernumerario, tuvo 13 hijos, a los que inculcó sus creencias y doctrina, y a los que dejó casi sin recursos cuando murió, después de una vida acomodada, porque donó la gran mayoría de su herencia a esa institución reconocida por la iglesia católica. Que saben que su padre, a pesar de odiar a su progenitor, ha seguido siempre sus creencias, y que para él las mujeres son como las numerarias auxiliares, que solo sirven para limpiar la casa y cocinar; porque su padre estuvo en una institución del opus dei como numerario, pero le expulsaron por no cumplir con el celibato. Y también esa mujer se siente totalmente anulada por su marido, ni siquiera sonríe al saludar porque su marido dice que es una puta que se insinúa a los demás. Que ese vecino del séptimo, en realidad, se comporta así porque se siente un cero a la izquierda, y no puede soportar pensar que es menos que los demás, aunque eso solo lo piense él, y porque, por suerte para él, su mujer cree que el hombre controla en todos los aspectos a la mujer, como hace cuarenta años, y sabe que nunca se rebelará contra él.
Seguramente, esa persona medianamente castigada por la crisis sabría que españoles machistas también los hay, y que la iglesia católica también tiene entre sus filas extremistas religiosos, que no ponen bombas, pero también cometen barbaries con las personas, y sus propias familias (véase el caso real de la película “Camino”), al igual que la religión judía tiene sus ortodoxos (que en gran medida consiguen que exista aun el conflicto palestino-israelí) y sus moderados. Sabría que si hay estados que confunden ley y religión no es culpa de todos y cada uno de los habitantes de ese estado, y sea seguramente más culpa del nuestro, que consiente que persista esa confusión a cambio de petróleo, acuerdos de pesca, repatriación directa de irregulares que llegan a nuestras costas, o simplemente porque no hay que generar conflictos innecesarios con un país vecino.

5. CONCLUSIONES.

Llegado este punto, los partidos de extrema derecha, no tendrían cabida en nuestra civilización, porque la gran mayoría de las personas que habitan este planeta en los países desarrollados sabría que solo tienen proclamas sin fundamento ninguno. Y seguramente esas mismas personas querrían un cambio radical en la forma de gobernar sus estados, y no que actúen por intereses nacionales, sino globales. Evidentemente, habría excepciones, egoístas que seguirían viendo desde el lado equivocado por su propia codicia y ansias de poder, pero serían los menos, y por tanto, no progresarían este tipo de tendencias políticas.

Pero desgraciadamente, como decía Hegel, "lo que la experiencia y la historia enseñan es que los pueblos y los gobiernos jamás han aprendido algo de la historia ni han actuado según las lecciones que hubieran tenido que sacarse de ella", aunque, como decía Gandhi a más de uno, “te sorprenderás al descubrir que en el mundo hay sitio para todos”.

Si todos viéramos las cosas desde el lado de la solidaridad y la tolerancia, la igualdad y la libertad, entendida como dice Stuart Mill en cuanto que “la libertad de uno empieza cuando acaba la del otro”. Y no las viéramos desde el lado de la superioridad, la caridad(con connotaciones religiosas y de superioridad entre quien la da y la recibe), la imposición y el aislamiento. El mundo iría mucho mejor.

Y creo que todo esto sucede porque nadie es consciente de que nadie elige haber nacido donde lo ha hecho, ni nadie elige ser blanco, o negro, o indio. Y con respecto a las creencias religiosas, cada cual puede profesar la que considere oportuno, pero sin intentar imponerlas. Porque yo al fin y al cabo, pienso que dios es el mismo para las tres religiones más importantes a nivel mundial y las que siempre han tenido conflictos entre sí, y si es el mismo, la única diferencia entre las religiones es la forma de interpretar lo que ese dios quiere mostrar al mundo. Creo que todos deberíamos leer las escrituras de esas religiones, e hacer nuestra interpretación de ellas; seguro que encontraríamos barbaridades en la Biblia (que es la más cercana a la mayoría de nosotros), y también en el Corán, y en la Torá. Pero seguramente, también descubramos que hay mucho amor, justicia y solidaridad en ellos.

En definitiva, creo que habría que tener la mente más abierta al mundo, más si cabe en estos tiempos de penuria, hambre, desesperación,… y ver más allá de nuestro propio ombligo. La multiculturalidad no es mala, enseña a ver las cosas desde más perspectiva de la que nos dan en nuestra cultura, se descubren cosas nuevas, se enseñan también, y hasta te hace sentir útil de alguna forma. Veríamos que todo es diferente a como nos lo quieren pintar unos y otros, y que debemos crear nuestro propio pensamiento, pero con algo de objetividad, no todo es blanco o negro, también hay gris. Y seguramente, también nos daríamos cuenta que en vez de autocompadecernos y demonizar en global, deberíamos pensar en global solo esto: hay personas buenas y malas, tiempos buenos y tiempos malos, pero de todos conoceremos y todos los viviremos, solo hay que aprender a disfrutarlos y sufrirlos, y a aprender de los demás a saber progresar.

Y así la radicalidad desaparecería poco a poco por su propia falta de razón de ser…

Mª del Loreto Blázquez

2 comentarios:

Anónimo dijo...

sorprendentemente la ultraderecha lejos de desaparecer, está cada vez más visible en la sociedad, ha estado ahí pero quizás hubo un tiempo en la que se "escondia" bajo consignas de centro o de otra índole. Lo cierto es que el capitlismo feroz ataca directamente a los más vulnerables dando entender que las desgracias de la población general son causadas por los/as inmigrantes, por las minorias etnicas ect.... la población no se para a pensar quien se beneficia de ciertas afirmaciones. Enhora buena por la página, es un espacio que ayuda a pararse un poco, a pensar. Entre todos podemos conseguir un mundo más justo e igualitario.eaaaaa ya he acabao:) salud

Anónimo dijo...

por cierto que soy anónima jeje