Paco Ayala, natural de Piñar, y fotógrafo de prensa, ha iniciado una nueva andadura en su carrera, ahora
del lado de la poesía. En esta entrevista conoceremos algo más de su trabajo, su experiencia, de su nueva faceta, de sus sentimientos, de lo que intenta transmitir, sus pensamientos, y como no, de su nuevo libro,
“Versos de pasión”.
«Los poemas son salpicaduras de tinta entremezclada de
vivencias, sentires, ideas y pensamientos»
Aunque empezaste la carrera de arquitectura técnica, te
decantaste por la fotografía, y toda tu carrera profesional la has desarrollado
en este campo. ¿Qué te movió a dar este giro en tu vida?
Desde que estudiaba
en el instituto Emilio Muñoz de Cogollos Vega, en régimen de internado, como
estudiábamos entonces todos los que éramos de pueblo, descubrimos que había un
laboratorio fotográfico en blanco y negro, en desuso. Esto nos llevó a pedir
permiso al director para ponerlo en marcha, nos facilitó unos libros de fotografía
y a la vez que aprendíamos un grupo de compañeros y yo, dábamos clases
extraescolares a otros compañeros.
Fue entonces cuando
me enamoré de la fotografía, y quería ser fotógrafo de prensa, pero entonces no
había en Granada más que un módulo de fotografía de un año en la Escuela de
Artes y Oficios, por lo que me decanté hacia Arquitectura Técnica, que aunque
era difícil, me encantaba también.
En los veranos me
iba a Alemania a trabajar, sin papeles, clandestino, como muchos más españoles
y compatibilizaba mi trabajo estival con los estudios en el resto del año,
hasta que me salió un trabajo en Lérida, en el diario Segre, como fotógrafo. No
me lo pensé, me puse la mochila al hombro y me fui para allá, trabajando dos
años, luego me ofertaron un trabajo mucho mejor remunerado en el diario La
Mañana de Lérida, y estuve otros dos años allí, hasta que nació mi hijo y la
tierra de Granada me tiraba y no quería que mi hijo se criara como emigrante, y
me vine para acá de vuelta. En Granada trabajé tres años en el periódico Ideal,
doce años en el diario deportivo As y cuatro años más en el periódico El Mundo,
aparte de otras colaboraciones. He logrado trabajar para dos periódicos
nacionales al mismo tiempo y eso colma mis expectativas iniciales, aunque tengo
una espinita, que es no haber podido ir nunca a un escenario bélico.
Precisamente por tu carrera profesional, has estado en
muchos lugares y te habrás encontrado con cosas curiosas y diferentes. ¿Qué
destacarías de todo lo vivido? ¿Alguna anécdota curiosa para recordar? ¿Algo
que te haya hecho reflexionar?
Las experiencias
vividas son innumerables, destacar algo sería injusto, porque todo lo vivido en
este apasionante mundo del periodismo me ha ido cultivando la forma de ser, la
forma de sentir, y ante todo la manera de entender la vida cotidiana y los
sentires de la ciudadanía en general. He vivido muchas injusticias sociales, he
visto la muerte de cerca, muchas veces, he sentido el miedo innato al ser
humano, me he llevado muchas dosis de adrenalina, y siempre he sabido que para
hacer una buena foto periodística, para hacer bien mi trabajo, si había que
jugársela, había que hacerlo. Nada más.
Lo único que no me
gusta del fotoperiodismo es la tendencia actual hacia el periodismo
institucional, ese tipo de periodismo, para mí, no es periodismo, aunque estas
palabras sé que no les gustarán a algunos compañeros míos. Pero es lo que
pienso, y por eso lo digo.
Ahora has iniciado una nueva etapa como poeta. ¿Cómo
decidiste empezar esta nueva faceta?
Cuando me
despidieron del diario As, tras doce años, para meter a otra persona en mi
puesto de colaborador gráfico en Granada, tenía mucho tiempo libre y decidí
escribir poesía, estos poemas comenzaron a gustar mucho en las redes sociales y
me animaron continuamente a seguir escribiendo, lo que hacía desde entonces a
diario, y esto ha dado lugar a tres libros de poemas, de los que ya ha visto la
luz el primero que se llama “Versos de Pasión”, el cual está teniendo una
aceptación espectacular, y en menos de 3 meses se han vendido más de quinientos
ejemplares de la primera edición que es de mil libros.
Es una nueva faceta
de mi vida a la que le estoy poniendo el mismo ímpetu y la misma pasión que le
puse a mi faceta de fotógrafo.
¿A qué poetas admiras más por su obra o por su vida?
Sin lugar a dudas,
mi poeta es Miguel Hernández, tanto por su breve vida, como por su obra y sobre
todo, y ante todo, por la persona comprometida con su gente.
Además tengo muchos
poetas a los que admiro por uno u otro
concepto, sólo enumeraré algunos como Benedetti, Neruda, Bécquer,… y sin
olvidar a nuestro paisano Manuel Benítez Carrasco.
¿Qué podemos encontrar en este tu primer libro, “Versos
de pasión”? ¿Hay algún poema que te guste o destaques especialmente?
Los poemas son hijos paridos con tesón y con
todo el alma. Son salpicaduras de tinta entremezclada de vivencias, sentires,
ideas y pensamientos.
“Versos de pasión” refleja todo esto y más.
Pongo pasión en ellos, la misma que acompaña mi vida cotidiana. Pasión en el
amor, en la amistad, en mis creencias ideológicas y en todas las facetas de la
vida. Son versos que buscan más el ritmo que la rima, aunque muchos no estén
exentos de ella, es el ritmo el que marca la estructura poética y el que impera
en los poemas de este libro y en general, en mis poesías.
Este libro es un parto de catorce meses de
trabajo apasionado, un embarazo largo, pero que al haber sido vivido con
“pasión”, han sido catorce meses de felicidad engendradora llena de pasión con
la que he construido mi propio espacio poético, un universo donde la precisión
ritual de la palabra remite al proceso mismo de la creación literaria.
El poemario ‘Versos de Pasión’, no es otra
cosa que unos poemas llenos de una fe y una esperanza en el ser humano
irrenunciables en un tiempo particularmente negador de ellas.
Mi poesía es una poesía que busca respuesta,
con la creencia en el tiempo y en los sentimientos humanos. Una poesía que
destila la pasión con la que he titulado este libro. El amor, el desamor, la
amistad, la generosidad, la soledad… son sentimientos y circunstancias que cambian de un tema a otro con el hilo de
echar pespuntes de mis sentimientos y de mi memoria.
Cuando escribo, lo hago desde una imposible supervivencia, de
sostenido o suspendido naufragio donde hay momentos de tristeza, de mucha
tristeza, pero de una tristeza desde la que se vislumbra la esperanza.
Mi poesía tiene también espacio para la muerte. Y aquí hay dos
poemas que he dedicado a dos colegas como el periodista Enrique Seijas y la
fotógrafa Araceli Illán, que fallecieron de golpe, sin avisar, Araceli en una
Nochebuena.
Cuando
la vida comenzaba a despertar en ti,
Te
fuiste,
¡Maldita
Nochebuena aciaga!
¡Maldita
la hora en que te fuiste!
¡Maldita
la hora en que me dejaste!
Maldita...
y triste.
Acercarse a mi poesía es como aceptar la proposición de entrar en
un mundo que te va a doler, pero que también te va a confortar. En “Versos de
Pasión” no me limito a expresar o glosar una emoción, una idea, una anécdota,
una muerte, sino que, a través de la situación que reproduce el texto, quiero involucrar al lector
incorporándole a su propia vivencia, engendrando en él el juicio moral que se
espera.
No hay intrincados ejercicios retóricos, sino llanas y sencillas
palabras de una conversación poética en la que voy desgranando lo que me pasa a
mí y lo que le pasa a los demás. Pretendo que sea una poesía cercana, y este es
mi parecer, como el de Manuel Benítez Carrasco, ese poeta del pueblo que sabía
acercarse como nadie al corazón de los humildes, al corazón que sufre con una muerte
o que se alegra con el piar de la mañana.
Pero ante todo y sobre todo es una oda a la mujer en todas sus
facetas, en el amor sobre todo, con todas sus variantes.
Leyendo estos versos, con todo mi cariño,
encontraréis a mi persona, a un@s os
gustará, otr@s, l@s menos, me odiaréis. Yo siempre os lo agradeceré, sin que me
moleste nunca con quien me comparéis.
““Poeta del amor” me
llaman algunos,
“Fotopoeta” me llamo yo,
y aunque levante algunos suspiros
con mis letras,
la fotografía sigue siendo mi pasión.
“Fotopoeta” soy,
“fotopoeta” me siento,
“poeta” que escribe hoy,
la “fotografía” es mi sustento”.
El poema que más ha marcado y ha hecho
posible el que siga escribiendo, es sin lugar a dudas “Debería estar prohibido”.
¿Piensas continuar profesionalmente con la poesía?
¿Tienes nuevos proyectos en mente?
Cuando
comienzo un proyecto en mi vida, y han sido varios ya, los llevo hasta las
últimas consecuencias, buscando el máximo en cada uno de ellos, este proyecto
no va a ser menos y estaré en el mismo, mientras haya personas que me lean y
espero que sigan multiplicándose día a día.
Los
proyectos que tengo en mente están relacionados con la fotografía y la poesía o
la literatura, pero mejor no contarlos, para que no se gafen, jejeje.
¿Algo que quieras añadir?
Quiero
decir que como me considero un “fotopoeta”, el libro lleva ambas cosas. Se
puede conseguir en mi página web: www.pacoayala.com
, además de en muchas librerías de Granada, Jaén y Almería, de momento.
Me
siento una persona muy afortunada por la aceptación que he tenido en este mundo
tan difícil de la poesía. Solo quiero dar las gracias, una y mil veces a las
personas que han creído en mí. Y ¿cómo no? Vosotros y vuestra revista, estáis
entre esas personas.
Mª del Loreto Blázquez
1 comentarios:
Sin duda, una gran persona es Paco Ayala. No basta con describir sentimientos y pasiones en un poema; ¡hay que sentirlos! Hay que transmitir al lector cada una de las vibraciones de que resulta un verso. Paco lo consigue con un lenguaje sencillo y hechizante. Para entender lo que significa "fotopoeta", hay que leerlo con el alma abierta, entregarse a sus palabras para visualizar las fotografías literarias construidas con la experiencia que la vida generosamente ha otorgado.