Bajo la traducción de Carlos Milla Soler nos
adentramos en una de las novelas de espionaje escritas por un maestro de la
literatura británica contemporánea, uno de los narradores más sólidos y
elegantes de nuestros tiempos: “El
Jardinero Fiel”.
Aunque no es una de las novelas más fuertes
de Le Carré, he de decir que destaca notablemente por la temática que trata.
Leemos estos días en los medios de comunicación que “la tuberculosis ha pasado
de ser una enfermedad que se pensaba prácticamente erradicada en los países
desarrollados a convertirse en una epidemia global a la que es difícil poner
freno… En la actualidad hay más de 2.000 millones de personas infectadas por
dicha bacteria y cuyo mayor número de afectados tiene especial incidencia en
Asia y África. En 2009, la dolencia mató a casi dos millones de personas, según
fuentes de información”. Hay que destacar que gracias a la aparición de la
novela, la opinión pública mundial comenzó a dar más importancia a las
políticas de las farmacéuticas en cuestión de patentes y, sobre todo, al
respecto del negocio que realizaban con el Tercer Mundo. No es que esa atención
suya haya cambiado su modo de actuar, sin embargo, sí podemos decir que las ha
vuelto menos escandalosas, y ese ha sido la eficacia principal del libro.