FRAGATA NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES

    El día 25 de Febrero de 2.012, llegó a suelo español, el tesoro que viajaba en la fragata de la Armada Española, NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES, que fue hundida por la flota inglesa, el 5 de Octubre de 1.804. Los periodistas llegados a la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, nos dieron una gran lección a todos los ciudadanos españoles al concentrarse en gran número para recibir a los dos aviones españoles que estaban transportando el tesoro.


    Sinceramente, y con todo el dolor de mi corazón, debo expresar contundentemente que el Gobierno de la Nación Española, está en otra vibración, en otra onda, en "sus asuntos"; y carece por completo de perspectiva histórica, así como de penetración en este hecho extraordinario y profundamente simbólico para la Nación Española. Ignoro en que se ocupaba el Presidente del Gobierno Español; así como el Ministro de Defensa. Ignoro si en sus conciencias tenían la certeza de que lo que estaban haciendo era mas importante que recibir el tesoro hundido doscientos ocho años antes, por una acción de guerra. La imagen que nos ofrecieron las cámaras de todos los periodistas que se dieron cita en el aeropuerto, fue una imagen triste, fría, solitaria y penosa para la recepción de unos objetos que, mucho mas allá de su valor económico, financiero, histórico, numismático o cultural; nos traían nada mas y nada menos que la esencia de todos nuestros compatriotas que murieron en esa batalla defendiendo esas monedas y la bandera de nuestra Patria.

    Mi corazón está alterado y procuro serenarme, sin embargo, mis lágrimas corren por mis mejillas cuando estoy escribiendo estas palabras, pues lloro por este país nuestro que hoy día tenemos, donde se está perdiendo la dignidad y el decoro y ya no se respeta ni la memoria de nuestros antepasados ni el legado que nos dejaron. Tan solo nos importa una cosa..........el dinero.

    Ese tesoro viajaba en un Barco de la Armada Española, por lo tanto, la persona, el cargo, el representante de la Nación Española que debió darle la bienvenida fue el Ministro de Defensa, o el Jefe del Estado Mayor de la Armada Española. Una vez acusada la recepción oficial a suelo español, es la Armada española la que debió entregar a la Guardia Civil la custodia del Tesoro, para su traslado al Ministerio de Cultura. Sin embargo, si hemos de ser consecuentes con lo que de verdad representa este tesoro, la persona que debió recibir este legado fue el jefe del Estado, El Rey de España, JUAN CARLOS I.

    ¿Qué ocurrió?

    Llegaron los aviones y de forma fría y mecánica, se descargaron los bultos con las máquinas adecuadas, sin más protocolo, sin más liturgia, sin solemnidad, sin recuerdo, sin tributo alguno, sin emoción humana alguna; sin ningún simbolismo que enlazara el pasado con el presente. Por mi edad, cincuenta y dos años, tuve el privilegio de servir a mi Patria y de jurar la bandera durante el servicio militar; y les puedo asegurar a todos ustedes, que un simple cambio de guardia, resultaba mucho más solemne y emotivo que la recepción del tesoro hundido hace 208 años.

    Mi reflexión es:

¿Y la memoria de todos los marineros que murieron ese día ?
¿Y el trabajo de las personas que acuñaron esas monedas?
¿Y la ilusión de todos los seres humanos que viajaban en el barco hundido?
¿Y el recuerdo de sus familias?

    El concepto Patria, viene de Pater, o sea, padre, en latín; por lo tanto, el Gobierno español, ha demostrado una carencia de sensibilidad y de amor a nuestra historia, evidente y diáfana.

¿Dónde estaban los soldados o mejor, los marineros rindiendo saludos y rindiendo armas a este legado de nuestros antepasados?
¿Dónde estaba la banda militar interpretando el himno de España y el himno de la Armada española en honor de nuestros compatriotas muertos con toda la grandeza de la historia?
¿Dónde estaban los gastadores, izando la bandera española en señal de respeto, reconocimiento y alegría?
¿Dónde estaba ese sentimiento de amor, de tributo, de solemnidad, de cariño hacia nuestros antepasados?
¿Dónde estaba la lista de todos los españoles que murieron en ese hundimiento y de los que fueron hechos prisioneros?
¿Quiénes fueron esos españoles que murieron?
¿Dónde estaban los ramos de flores para honrar su memoria y sus almas
¿Dónde estaban los discursos sentidos, profundos; para transmitir al pueblo español la gesta de esos compatriotas que dieron su vida con honor, con grandeza y con total entrega y sin condiciones, a España?

Y sobre todo.......

   ¿Donde estaba el pueblo español?
   ¿Se le prohibió entrar a la base de Torrejón de Ardoz?
   ¿Esa base es de uso exclusivo para los norteamericanos, nada más?

    Ese tesoro, amigos míos, ese legado, amigos míos, pertenece a la Nación Española; y por lo tanto, el pueblo español, no solo tiene derecho a dar la bienvenida, sino que tiene la obligación de honrar la memoria de nuestros antepasados y de aprender de este ejemplo tan grandioso de entrega a la Patria.

    Como colofón a todos los despropósitos que se han hecho en este lamentable episodio; no podemos olvidar que los vehículos que transportaron al Ministerio de Cultura, el tesoro, eran de la empresa privada SIT SPAIN, una multinacional mercenaria, indigna de portar las monedas llenas de sangre española. Estos lamentables hechos nos deben hacer reflexionar en como estamos conviviendo en estos momentos y cuales son nuestros valores como españoles.

   Es muy bonito compartir como españoles, la alegría de ganar un campeonato del mundo de fútbol. Sin embargo, es mucho mas profundo, mas hermoso y mas nutritivo para nuestra alma colectiva, honrar la memoria de nuestros antepasados; y ocasiones como esta hay muy pocas en la vida. Es mas, mi percepción es que este hecho insólito en la historia, como es recuperar un legado del fondo del mar, doscientos años después; nos ha superado en mucho y nos ha puesto en nuestro sitio, para demostrarnos que somos muy pequeños en comparación a esos hombres y mujeres que nos precedieron y que hicieron de España, la Nación mas grande de la Tierra. Hemos tenido la oportunidad de valorar, de honrar, de sentir y de amar el espíritu que nos ha traído ese tesoro, esas monedas, llenas de ilusiones, de amor, de alegrías, de trabajo, de sudor y de obediencia.

    Ahora, me estoy acordando de como mi abuelita me hablaba de su padre y de como mi bisabuelo luchó en la guerra de Cuba y de como les contaba que, al final, cuando ya estaban acorralados, los soldados españoles se veían obligados a beber los orines de los caballos, a falta de agua que tomar. Todos nosotros tenemos en nuestras familias algún antepasado que hizo cosas lindas, grandes, hermosas, llenas de ilusión y de aventura; y sin embargo, no somos capaces de honrarlos como pueblo y como nación. Es más; todavía no hemos superado ni nos hemos perdonado por la guerra civil. Todos y cada uno de nosotros debemos pedir perdón los unos a los otros para que la paz y la armonía vuelvan a nuestra amada patria, España.

    Hoy, hemos perdido una gran ocasión de parar el tiempo, de sentir con el corazón y tener la conciencia de que hoy estaba ocurriendo algo extraordinario, y además, no era una película. Tal vez, los americanos rueden una película sobre el tesoro de la Fragata Nuestra Señora de Las Mercedes; y entonces y solo entonces, los españoles sentiremos en nuestros corazones la grandeza de espíritu de aquellos hombres que llevaron nuestra lengua, nuestra religión, nuestra cocina, nuestro folklore y nuestra forma de amar al otro lado del Atlántico.

   Tal vez entonces y solo entonces descubramos como nuestros antepasados fueron grandes seres humanos llenos de una fuerza extraordinaria que les permitió hacer todo aquello que hicieron, convencidos de que lo estaban haciendo bien. Tal vez entonces y solo entonces descubramos que el tesoro que ha llegado a España, es el hecho mas simbólico y profundo que nos transmite el espíritu de aquel pueblo español del siglo XIX, que justo en esos años estaba a punto de hacer grandes gestas las cuales, todavía hoy tenemos que sentir en lo mas profundo de nuestros corazones.

    Estaba a punto de ocurrir la Batalla de Trafalgar, el año 1.805; precisamente motivada por el hundimiento de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes. Estaba muy cerca la guerra de la Independencia, frente a Napoleón, en la cual, EL PUEBLO ESPAÑOL, muy por encima de sus gobernantes, tomó la iniciativa y entregó su sangre de forma generosa para defender nuestra tierra de la invasión de los franceses. Y, como no, en 1812, ese pueblo español, entregado en cuerpo y alma a la tarea de construir una convivencia digna y justa entre todos los españoles, creó una de las obras colectivas mas bellas de nuestra historia, y no es un objeto considerado de arte, todavía. Me estoy refiriendo a la Constitución Española de 1.812; de la cual, precisamente este año se van a cumplir doscientos años.

    Dicen que las casualidades no existen y esta celebración del bicentenario de la Constitución Española de 1.812, debe ser el lugar y el momento para que se unan estos dos hechos históricos y el pueblo español, o sea, nosotros, recuperemos la ilusión, la alegría y el deseo de servir a nuestra nación. Para que esto pueda cumplirse, tan solo se necesita dar un primer paso; y ese paso se llama
HONRAR A NUESTROS ANTEPASADOS.

  Ojalá que no tengan que rodar una película como Titanic, para que comprendamos lo que significó el hundimiento de la fragata Nuestra Señora de Las Mercedes; y lo que ha significado la llegada de este legado histórico a España. Si me permiten, les diré de corazón, que el valor de este tesoro, es incalculable; dado que esas monedas nos han traído el alma y la esencia de esos compatriotas que murieron hace doscientos años. Ahora nosotros, tenemos la hermosa posibilidad de percibir ese legado espiritual y aprovechar toda esa energía para volver a sembrar en España, la magia de crear una gran Nación; la más linda y bella flor que la faz de la Tierra haya visto jamás.

    En la actualidad viajamos a lugares recónditos y aprendemos de todas las culturas milenarias e indígenas que uno de los secretos en que basan su energía y su voluntad de continuar su camino, está en el inmenso amor y constante recuerdo hacia sus antepasados. Las imágenes del traslado del tesoro en furgonetas de una empresa extranjera, fuertemente custodiadas por efectivos de la Guardia Civil, armados y en constante situación de alerta, nos da la idea de que este Gobierno no ha estado a la altura. 
¿De qué tiene miedo el Gobierno de la Nación Española?

    Este Gobierno demostró que esos objetos del tesoro, tan solo tienen un valor económico, carente de todo legado espiritual y energético. Este Gobierno está muy lejos del pueblo; como suele ocurrir, en los momentos grandiosos de la historia de España. Tratar a este tesoro hermoso y lindo como si fuesen cajas de lingotes de oro, o de billetes que se trasportan en furgones acorazados y herméticamente cerrados, ha sido un gran error. Este legado pertenece al pueblo español y el pueblo español ha debido de estar presente en todo el camino, dándole la bienvenida y mostrando su recuerdo y respeto por nuestros compatriotas muertos en ese hundimiento.

    Tan solo me queda desear con todo mi corazón que el Gobierno de la Nación Española, encuentre la sensibilidad suficiente como para ofrecer a los compatriotas muertos en esa acción de guerra, el homenaje y el reconocimiento que se merecen y que, el pueblo español pueda participar con libertad de expresar sus sentimientos mas profundos y hermosos. La historia nos da la fuerza para saber quienes somos y la sabiduría para rectificar aquello que debemos corregir; sin embargo, jamás un pueblo puede permitirse caer en el error de olvidar su historia; pues, justo en ese momento, habrá empezado su auto-destrucción.

Gracias a todos los marineros que viajaron en la Fragata Nuestra Señora de las Mercedes.
Gracias a la empresa Odyssey, por haber recuperado ese tesoro.
Gracias a los EEUU por haber comprendido a quien pertenece este tesoro.
Gracias al extraordinario trabajo realizado por el Almirante-Director del Museo Naval; Gonzalo Rodríguez González-Aller

    Gracias a los españoles que nos precedieron en la historia por dejarnos gestas tan hermosas de las cuales podemos aprender a extraer lo verdaderamente importante de la vida.......EL AMOR.

 ¡¡VIVA ESPAÑA!!

¡¡vivan todos los españoles muertos por nuestra patria!!

    Pido a Dios que nos de comprensión y entendimiento a todos para saber honrar, de verdad, a nuestros antepasados.
 
Muchas gracias, 
Hasta luego,
José-Fermín Peña Bueno


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