MONTEVIVE

Esta mañana me levanté y sentí que era un día diferente. Miré al cielo y lo ví despejado, limpio e infinitamente azul; sin una sola nube que lo surcase.

Inicié mi día con alegría y mucha ilusión, preparando el próximo viaje a Barcelona para presentar el libro que he escrito, cuyo título es "El Misterio de la Palabra Cataluña"; y todo ha ido estupendamente según el programa previsto, como se suele decir; hasta que he cogido mi coche para regresar a La Malahá, y, de pronto, he sentido dentro de mí que me faltaba algo por hacer antes de iniciar este viaje al norte de la península ibérica.

Justo en ese momento, eran las dos de la tarde, el día estaba en ese instante mágico de calma y sosiego, donde hasta el viento se detiene; y mis ojos han mirado una vez más hacia ese montículo que se eleva majestuoso por encima de toda la Vega de Granada. Ese montículo es Montevive.

Cuando lo he visto erguido, presente, soportando todo el daño que ha recibido durante estos últimos años; y sin embargo, feliz, alegre, compartiendo este día maravilloso con todos sus vecinos, he sentido que mi corazón se aceleraba y he sabido perfectamente lo que me faltaba por hacer antes de viajar a Barcelona.

Como dice el refrán; ES DE BIENNACIDOS, SER AGRADECIDOS.

Y resulta que yo me iba a marchar sin dar gracias al Ser que me ha ayudado, que me ha inspirado y que ha guiado mis manos para escribir ese libro.

En ese momento, la alegría ha invadido toda mi alma y he empezado a trabajar para agradecer tanta ayuda y tanto amor como he recibido durante estos meses.

He ido a buscar a mi cuñado que vive en las Gabias, y que se llama Isidro, como no podía ser de otra manera; pués San Isidro es el patrón de toda la Vega.

Con Isidro, hemos recorrido Armilla, Alhendín, Otura, Las Gabias, la Carretera de la Sierra, y Granada ciudad para tomar fotografías desde todos los ángulos posibles, desde donde se divisa nuestro entrañable y querido Montevive, para trasmitir a todos mis paisanos, vecinos, amigos y hermanos, la grandeza de la Madre Naturaleza; que siempre nos regala lo mejor, únicamente, lo mejor; lo que ocurre es que nosotros, andamos muy despistados jugando a la lotería, buscando tesoros por otros países y soñando riquezas materiales, cuando nuestro tesoro, lo tenemos delante de nuestros ojos y cada día de nuestra vida podemos disfrutar de el.

El único lugar desde donde ya no hemos podido tomar fotografías ha sido precisamente desde La Malahá, pues la luz del astro rey se iba ocultando y ya no hemos podido llegar para tomar la fotografía del ángulo que mejor refleja cuanto hemos abusado de nuestra montaña sagrada.

Estamos en un momento de gran crisis y de grandes cambios en todo nuestro planeta y esto nos debe ayudar a comprender que la felicidad en la vida no consiste en tener mas y acumular mas; o en trabajar menos; la felicidad tan solo consiste en disfrutar con lo que hacemos en cada momento, con nuestro trabajo, con nuestra familia, con nuestros vecinos, con nuestro pueblo, con nuestra nación, con nuestro planeta, y con Dios.

Es muy posible que algunas personas que lean estas líneas sientan que Dios no existe, o piensen que es algo lejano, e irreal; sin embargo, Dios, es tan inmensamente grande que sigue existiendo a pesar de lo que puedan pensar muchos de sus hijos, porque el padre, siempre espera que sus hijos regresen y allí estará con los brazos abiertos para acogerlos lleno de amor y de comprensión; porque Dios es una energía que nos envuelve a todos y todos somos parte de ese gran Dios infinito y mágico.

Dios me ha mostrado ese amor a través de Montevive y me ha guiado durante toda la primavera de este año 2.011, para que escribiera este libro; algo que no había podido hacer durante once años, en otros lugares lejanos a esta tierra.

También me ha ayudado a comprender porque un día nací en esta tierra y porque fuí trasladado a otro lugar lejano, con dos años.

Durante toda mi vida, me he sentido granadino y siempre he amado a mi tierra desde la lejanía.

Hoy, ahora, este año, he empezado a descubrir toda la magia que esconde esta tierra sagrada; y que está llena de tesoros y de misterios, si somos capaces de buscarlos y dejar que la tierra nos guíe...

El tesoro, como le pasó al pastorcillo del libro "El Alquimista" de Paulo Cohelo, no está en países lejanos y exóticos; el tesoro, amigos míos, está aquí y ahora; en nuestra tierra; en esa tierra que hemos recibido de nuestros antepasados para amarla y para cuidarla.

Montevive me ha desvelado muchas cosas bonitas y lindas; y me ha dicho que durante miles de años, nuestros antepasados primigenios, los íberos, vivieron en estas tierras, en paz, en armonía, y sintiendo toda la felicidad de saberse amados y de amar; sin guerras, sin enfrentamientos, sin envidias, sin rencores, sin odios.

Después llegaron otros pueblos que también supieron valorar y comprender esta tierra y la cuidaron y amaron; y la tierra continuó siendo muy generosa con ellos. Fueron los romanos y los árabes. Todos ellos, durante mas de quince mil años disfrutaron de la vista, de la compañía y de la magia de Montevive.

Ahora, cuando miramos su figura, podemos comprender que le faltan unos pedazos que ya no volverán; pues se los llevó la ambición humana, disfrazada de supuesta necesidad, como siempre hace.

Sin embargo, el amor de Dios es infinito y aun así, Montevive continua emitiendo toda su energía para todo aquel que la necesite y la pida. Hasta Montevive llegaron personajes venidos de muy lejos, como Alfonso X el Sabio; para buscar esa misma energía que hoy es el motivo de su destrucción; el estroncio. La diferencia está en que durante miles de años no fue necesario romper la montaña para sentir su fuerza y su energía; pues tan solo amándola y cuidándola, la montaña nos regalaba toda su energía y toda su sabiduría.

Hoy, tenemos la inmensa fortuna de poder dar una vuelta a esta página y tenemos la posibilidad de volver a subir a Montevive para jugar con él, para pasear, para disfrutar de esas vistas únicas desde su cumbre y desde las encinas que alberga en sus lomas.

Hoy, si queremos, podemos decir BASTA.

Tan solo tenemos que sentir el poder dentro de nosotros.

El poder no lo tienen los políticos, ni los periodistas, el poder, lo tiene el pueblo; porque, el poder.................viene de Dios; y Dios lo transmite por medio de la Naturaleza a sus hijos.


Deseo que la energía que emite Montevive, os llegue a todos vosotros, y podáis sentir dentro de vuestro ser, todo el amor que Montevive transmite y que os llene de gozo; pues es algo que no se puede explicar, tan sólo se puede sentir.

Sabéis que mi especialidad es la etimología de las palabras; y quiero recalcar hoy que el gozo no tiene nada que ver con el placer; pues el placer es una sensación del cuerpo físico y el gozo, es un sentimiento interior y profundo del alma.

Como se acercan las entrañables fiestas de Navidad; pido como regalo de Reyes para esta tierra; que Montevive sea liberado del acoso de las extracciones mineras y que se le retiren todas las vallas metálicas que rodean su perímetro; y pido que los niños, sus padres y sus abuelos regresen a Montevive para jugar, para disfrutar y para coronar su cima desde donde se contemplan las vistas mas hermosas de toda la Vega y de todo el Temple.

Pido que Montevive sea declarado Parque Natural, en el cual, tan sólo se entre para cuidar y disfrutar de este pedazo de tierra sagrada, lleno de energía y de sabiduría.

Pido que Montevive sea devuelto al pueblo y que ningún especulador español o extranjero se crea con el derecho de despedazar esa montaña sagrada.

Deseo agradecer a Montevive toda la energía que me ha transmitido y que me ha servido para hacer realidad un sueño muy antiguo.

Agradezco también a todas las personas que me han ayudado y animado en esta aventura.

La magia, amigos míos no está en países lejanos;
La magia está dentro de cada uno de nosotros;
Y la magia se convierte en una realidad maravillosa; cuando dos o más seres humanos sienten la misma felicidad dentro de sus corazones y la comparten.

Que la magia os envuelva a todos estas Navidades.

Muchas gracias,

José-Fermín Peña Bueno
Investigador Independiente

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi mas cordial enhorabuena por las lineas que nos regalas sobre Montevive.Hace tiempo que no leía algo tan ilusionante sobre nuestro entorno.Si te sirve de algo,yo que también nací a sus faldas y no puedo vivir bajo su cobijo,tengo un pedacito suyo en forma de piedra en la terraza de mi casa y después de leer tu artículo,pienso que algo de magia debe de tener porque cada vez que la miro,me transporta a La Malahá y me fortalece su presencia.