El
suizo Jean Ziegler es uno de los analistas de política internacional más
comprometidos. Actualmente es miembro del comité consultivo del Consejo de
Derechos del Hombre de la ONU, y profesor de sociología en la Universidad de Ginebra.
Siendo el hambre una de sus principales preocupaciones, en este libro analiza
el artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (PIDESC), desde su incumplimiento centrado en intereses ocultos, hasta
las posibles soluciones, reforzando su análisis con gráficas y cuadros instructivos.
El
Derecho al Alimento es un bien público, pero por desgracia la subalimentación es
un hecho invisible a los ojos de los gobiernos y las instituciones. Organismos
como la OMS, el Banco Mundial o el FMI se muestran indiferentes, y se limitan a
estar al servicio de las grandes potencias que abandonan a su suerte a países subdesarrollados
condenados a crisis prolongadas donde los sistemas de regadío no existen, han
de soportar plagas agresivas, enfermedades inhumanas como el noma, y su sistema
de plantación y cosecha es extremadamente rudimentario a pesar de contar con
materias primas suficientes para todo el planeta. Es lo absurdo del dogma liberal: Los estados occidentales pagaron
billones de dólares para rescatar a sus banqueros delincuentes, y los especuladores
se han centrado en los sistemas financieros para propagar el impacto de la
crisis a los productos básicos (inflación).
El
hambre impuesto, también sirve como un
arma frente a la sublevación del proletariado. Sobre este punto Ziegler
analiza el impacto en las conciencias que tuvo la selección natural argumentada
por Malthus, o la discriminación racial y alimentaria que desarrolló Hitler
para “matar de hambre”, frente a la coordinación de las actividades sociales
emprendidas por Josué de Castro (PMA/FAO) para lograr que los compromisos adquiridos
por los países industrializados en las cumbres del G-8 y G-20.
¿Hay
esperanza? Las soluciones son conocidas, falta la voluntad de los Estados. Recordemos
que “un niño que muere de hambre es un
niño asesinado”.
JM. Salas
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